El primer aniversario llegó. Por primera vez una gran tarta de varios pisos, una junta como las que se estilaban en aquel entonces, cuando nuestra ingenuidad creía que cuanto más tiempo duraba mejor era, con los pagos inherentes de una muy engañosa pretensión de humildad.

En esta idealidad no podemos olvidar que somos enfermos alcohólicos, emocionalmente frágiles, con distintos grados de recuperación, por lo que la excepción que confirma la regla aparecerá con algún que otro resentido que por un “quítame allá esas pajas” pudo haberse fruncido en este gran experiencia.

Con todo y todo, cientos de voces nuevas fortalecían la esperanza, anticipo de la fe, de un mundo de vida pujante, alegre, como lo es hoy el Movimiento Internacional 24 Horas de Alcohólicos Anónimos.

Virgilio A., Boletín del Movimiento 24 Horas, núm. 5 (junio de 1984)