virgilio azul

 Para los que con ayuda del Poder Superior, tal como cada quien lo conciba, logran la derrota, llegar a ceros, de manera lenta pero paulatina, irá despejándose el camino que rumbo hacia la desintegración tuvimos que recorrer.

Efectivamente, muchos de nuestros compañeros llegan a nuestros grupos de la calle, del baldío, de los albañales, perdidos trabajo, hogar, y roto todo vínculo que los mantenía unidos a la sociedad, años de vivir en este estado infrahumano. Podría creerse que por este solo hecho la admisión de la derrota ante el alcohol y ante la vida pudiera ser más fácil. La experiencia ha demostrado que no es así, que cualquiera que sea la condición del enfermo alcohólico defenderá la enfermedad, defenderá un estado de evasión total o parcial que le evita confrontar su verdadera situación. Muchos de estos compañeros transitan por nuestros grupos sin dejar huella, en unos casos por haberse perdido todos los niveles de conciencia, por no haber podido captar ni lograr ese pequeño flash de conciencia que se requiere para el inicio de nuestra recuperación. Aquellos que logran quedarse llegan a ser buenos alcohólicos anónimos.

 Virgilio A., Boletín del Movimiento 24 Horas, núm. 2 (marzo de 1984)