AA24HORAS

Pensamiento del día

 Cada uno de nosotros se acercó a un Alcohólicos Anónimos, en concreto a un Grupo 24 Horas, pidiendo ayuda. Habíamos tocado fondo. De manera fugaz (y en muchos casos incluso de manera sorpresiva) la conciencia había abierto una estrecha grieta y nos mostraba la aterradora debilidad de nuestra situación: traicionados por el alcohol, durante tantos años aliado fiel que nos había permitido enfrentar una sociedad en la que no nos sentíamos integrados, acorralados, el mundo a nuestro alrededor se derrumbaba. La desesperación, y en especial la desesperanza, nos atenazaban. En esa terrible disyuntiva, habíamos concientizado la imposibilidad personal para dejar de beber por nuestros propios medios. No había otra salida que la que de buena voluntad nos brindaban los compañeros que nos recibieron, otros enfermos alcohólicos que al igual que nosotros habían pasado por infiernos similares.

Han pasado las 24 horas, en muchos de nosotros años, algunos incluso hemos envejecido en el seno de nuestros grupos, y el resultado es muy esperanzador. Para aquellos que decidimos entregarnos al programa de Alcohólicos Anónimos, la obsesión por beber, si no es que ha desaparecido totalmente, se mantiene alejada de nuestro entorno. Se hizo realidad la promesa que escuchamos cuando cruzamos las puertas de nuestro grupo: “la posibilidad de vivir una vida plena y feliz”. Disfrutamos de la confianza, la amistad e incluso el amor de aquellos compañeros que decidieron acompañarnos en esta maravillosa aventura.

Cuando has tocado fondo, cuando has vivido el infierno del alcoholismo, cuando has sufrido la desesperación y la desesperanza, sabes que hay lujos que no te puedes permitir, entre ellos el de jugar con tu vida.

 

Movimiento Internacional 24 Horas de Alcohólicos Anónimos