A los que tuvimos la fortuna de formar parte de las primeras generaciones del Grupo 24 Horas Matriz (Condesa), recordar con gratitud estos momentos nos llena del vigor que produce este sentimiento, incrementando la fe en nuestro programa y en la justicia y bondad del mundo 24 Horas de Alcohólicos Anónimos.

¿Cómo no agradecer el tiempo que nos dispensaron aquellos que nos recibieron? ¿Cómo no agradecerles que jamás se abusó de nosotros, tal vez porque sabían que llegábamos llenos de desconfianza, de temores, y resentidos contra quienes, de alguna manera, nos habían hecho víctimas en el mundo de afuera de nuestra descompensación, e incluso porque tal vez nunca supimos decir que no?

¿Cómo no considerar criminal al padrino que recibe prebendas económicas o préstamos de su ahijado, cuando éste todavía no tiene idea de qué es Alcohólicos Anónimos? ¿Cómo no rebelarse frente al que abusa de su ahijado, obligándole a prestar servicios personales, cuando es nuevo? Estas significativas situaciones jamás acontecieron en los inicios del Grupo 24 Horas de A.A. El nuevo tenía el derecho de balconear cualquier actitud en tal sentido, de cualquier compañero de más tiempo.

Virgilio A., Boletín del Movimiento 24 Horas, núm. 4 (mayo de 1984)