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Tránsito expectante, e infantiles preocupaciones por no haberse documentado, así enfrentaba cada uno de nosotros el tema que nos tocaba en suerte desarrollar. ¿Cómo sería un Congreso del Movimiento 24 Horas de Alcohólicos Anónimos? ¿Cuáles serían las reglas del juego?

Curiosidad que cosquilleaba nuestro organismo, fantasías que anteceden al acontecimiento. Así accedimos a la hospitalidad tradicional de los compañeros de Torreón, manifiesta hoy en toda una pléyade de compañeros militantes de los diversos grupos pertenecientes a nuestra corriente en el norte de México.

La curiosidad de los congregados fue satisfecha. En cada una de las juntas, los compañeros saboreaban las terapias de sus propios grupos, y en el ambiente flotaba una enorme paz. Nada de temas escabrosos, ni teorías ni interpretaciones egocéntricas o filosóficas en torno a nuestra literatura. Sello característico del Movimiento 24 Horas de A.A. es la vivencia de la recuperación. En nuestros grupos no se especula ni se teoriza. La práctica nos ha enseñado que la recuperación se vive, la erudición es para centros de enseñanza o para juegos de salón.

Nadie ha aprendido a nadar leyendo un tratado; ha sido necesario tirarse al agua y empezar a bracear. Así de simple es la concepción de nuestra recuperación, catarsis explosiva, auténtica, y análisis de la personalidad, trabajo duro, constante sobre el instinto descoyuntado.

En fin, en esta reunión campeó la camaradería. No es necesario explicar que en el Movimiento 24 Horas de A.A. nadie es desconocido para nadie, y en estas reuniones no se parte de identificaciones, ni de inquirir sobre nuestro lugar de origen, o incluso sobre nuestra recuperación. La identificación es plena.

El término del Congreso fue una explosión incontenible de alegrías, una reafirmación de afecto y una importante manifestación de amor, y la comprobación primera de que la fuerza de nuestro Movimiento está en la unidad real, palpable, objetiva, actuante, efectiva; en ella está la manifestación de Dios, tal como cada quien lo concibe.

 

Virgilio A., Boletín del Movimiento 24 Horas, núm. 1 (febrero de 1984)