El mito de que hay pocos alcohólicos judíos es, según mi experiencia, una pura tontería. El estado en donde resido tiene una población judía más grande que la de Israel, y el número de judíos que asisten a las reuniones de A.A. es el que se podría suponer. En muchos grupos de esta parte del país, llegan a constituir hasta el 50%. Los judíos abundan también en otros grupos; incluso se pueden encontrar algunos en reuniones en áreas donde viven pocos judíos. […]

Estoy pensando en este momento en una joven, profundamente afligida por el autotormento del beber progresivo. Hace casi dos años que mi esposa (que también es alcohólica anónima) y yo estamos tratando de llevarla al programa de A.A. Todas sus racionalizaciones se reducen a una frase: «Las muchachas judías decentes no son alcohólicas.»

Tal vez, Ester, muchas muchachas judías decentes no son alcohólicas. Como tampoco lo son «los muchachos judíos decentes», «las muchachas luteranas decentes», «las muchachas italianas decentes», o simplemente «los muchachos y las muchachas decentes».

No hay nada «decente» en un alcohólico que se encuentra en las angustias de esta enfermedad. En Alcohólicos Anónimos no nos preocupamos por lo decente que te consideras, ni porque seas judío, católico, protestante, o sin afiliación religiosa. Aunque es cierto que cerramos la mayoría de nuestras reuniones con la oración de la serenidad, ni siquiera los ateos parecen tener ningún inconveniente en esta formalidad. Generalmente, el coordinador dice: «Aquellos compañeros que deseen acompañarme con la oración de la serenidad…”

Mientras bebía, no era judío, no era americano, no era un hombre. Era un borracho, sin amor, sin poder amar, sin respeto hacia nada ni nadie, y menos hacia mí mismo.

No, Ester, «no tienes que ser judía». Pero quizá te pueda ayudar el serlo. Creo que a mí me ayudó a aceptar la realidad de que soy miembro de más de un solo grupo minoritario, y hoy en día sobrio, gracias al Dios de mis antepasados, y a la gente de todas clases que son Alcohólicos Anónimos.

Alcohólicos Anónimos, ¿Se cree usted diferente?