Una libertad siempre creciente

En el séptimo paso es donde hacemos el cambio en nuestra actitud que nos permite, con la humildad como nuestra guía, salir de nosotros mismos hacia los demás y hacia Dios (Alcohólicos Anónimos, Doce pasos y doce tradiciones).

Cuando finalmente le pedí a Dios, tal y como yo lo concibo, que me liberase de esas cosas que me estaban apartando de El y de la luz solar del espíritu, me embarqué en el viaje más glorioso que hubiera podido imaginar. Experimenté una liberación de aquellas características que me tenían envuelto en mí mismo. Debido a este paso de humildad, hoy me siento limpio. Estoy especialmente consciente de este paso porque ahora puedo ser útil a Dios y a mis compañeros. Sé que me ha concedido la fortaleza para hacer su voluntad y me ha preparado para cualquier persona o cosa que se me presente hoy en mi camino. Verdaderamente estoy en sus manos, y doy gracias por la alegría de poder ser útil hoy.

 

Alcohólicos Anónimos, Reflexiones diarias