Uno de los acontecimientos que año con año destaca de manera elocuente en una vida pletórica de ricas experiencias, eventos y festividades a las que tan acostumbrados estamos en nuestra militancia es el Congreso del Movimiento Internacional 24 Horas de Alcohólicos Anónimos: estallido emocional que eleva nuestro espíritu y concientiza en sensibilidad nuestra necesidad de dar y recibir afecto.

Para nosotros, los integrantes del Movimiento Internacional 24 Horas, la rapidez con que se suceden nuestros acontecimientos nos priva de detenernos a analizar ese fenómeno más apreciado por los demás que por nosotros mismos, tal vez como protección, dada nuestra tendencia a llenarnos de egocentrismo, nos veta poder ver lo que significa reunirse tres mil seres humanos de distinta idiosincrasia, de diferente país y latitud, de heterogénea recuperación de acuerdo al tiempo de cada quien, sin ningún jefe o conductor, sin ningún encargado o guardián del orden, para convivir en la más fraternal algarabía, bajo la base de un profundo respeto hacia nuestros compañeros y hacia las personas del llamado mundo de fuera.

Virgilio A., Boletín del Movimiento 24 Horas, núm. 5 (junio de 1984)