Una sensación de pertenecer
“Tal vez una de las más grandes recompensas de la meditación y la oración es la sensación de pertenecer” (Alcohólicos Anónimos, Doce pasos y doce tradiciones).
¡Eso es lo que es, pertenecer! Después de una sesión de meditación supe que ese sentimiento que experimentaba era una sensación de pertenecer, porque me sentía tan relajado. Me sentía más tranquilo en mi interior, más dispuesto a descartar pequeñas irritaciones. Apreciaba mi sentido del humor. Lo que también experimento en mi práctica diaria es el puro placer de pertenecer a la corriente creadora del mundo de Dios, tal como yo lo concibo. Qué propicio es para nosotros que la oración y la meditación estén inscritas en nuestra manera de vivir en A.A.
Alcohólicos Anónimos, Reflexiones diarias