El grupo 24 horas de Alcohólicos Anónimos celebra su aniversario mañana con una charla en el centro cívico de Os Mallos
Dice J.R. que lleva 24 horas sin beber, que es el objetivo que se marca cada día desde hace ya unos años. Es un enfermo y sabe que su dolencia no se cura, que no hay pastillas ni jarabes que puedan sanarle y su consecuencia, invariablemente y más o menos rápida, es la muerte, así que, lo único que le queda es no probar el alcohol. Asegura que pudo dejar el tabaco con «fuerza de voluntad», pero que solo consiguió separarse de la botella cuando entró en el grupo 24 horas de Alcohólicos Anónimos.
Esta agrupación cumple once años en la ciudad y quiere celebrarlo en el centro cívico de Os Mallos, así que mañana, a partir de las ocho de la tarde, habrá una charla en la que las personas que acuden a diario al grupo contarán sus experiencias. Con este acto pretenden ayudar a aquellos que quieran empezar a vivir al margen del alcohol y a sus familias. Actualmente son 35 los voluntarios que integran el grupo. Es un sistema que no funciona a todo el mundo, pero que le sirve a ellos para enfrentarse a un nuevo día.
Dice J.R. que probó varios métodos y que solo formar parte del grupo 24 horas le ayudó a cumplir cada día ese objetivo de acabar la jornada sin beber. «Fui al psiquiatra y me decía qué tenía que hacer, pero no me entendía», explica. Y es que en Alcohólicos Anónimos los enfermos que acuden lo hacen de manera voluntaria y se recuerdan los unos a los otros cómo era su vida cuando se tomaban una copa después de otra, sin motivo aparente o buscando cualquier excusa para hacerlo.
«Los alcohólicos, muchas veces, ni siquiera quieren beber, pero acaban haciéndolo. Tienen un problema económico y beben y, cuando se despiertan, el problema es doble, porque no se ha solucionado y, a lo mejor, se han gastado lo que tenían en una borrachera», recuerda J.R. «Cuando piensas en las resacas, en cómo te levantas al día siguiente, en los dolores de cabeza y en la vida que tenías antes ya no quieres beber más», dice. Y eso es lo que hacen en Alcohólicos Anónimos, las 24 horas del día los 365 días del año, estar ahí para ayudar a los que, como ellos, se han marcado el objetivo de renunciar a la botella.
La sede de Alcohólicos Anónimos en la ciudad está en el número 10 de la calle Diego Delicado, en el barrio de Os Mallos, y su teléfono de contacto es 981 134 791. En la sede hay siempre voluntarios dispuestos a aportar sus experiencias para ayudar a otras personas que sufren su misma dolencia.
http://www.laopinioncoruna.es/coruna/2015/09/04/recuerdos-lado-alcohol/991674.html