Me llamo Rubén, y soy enfermo alcohólico. Llegué al Grupo 24 Horas de Alcohólicos Anónimos sin ganas de vivir, fracasado en todos los aspectos. Mi familia había buscado todas las opciones posibles para que yo dejara ese mundo tan cruel como es la bebida: médicos, instituciones, etc.
Lo había intentado por mi cuenta, aislado del mundo y sintiéndome cada vez solo, solo por dentro y por fuera. La soledad me invadía, cada vez más y más. Muerto en vida, incapaz de vivir, no tenía ganas de hablar ni de reír. Cuando llegué al Grupo 24 Horas sonreí por primera vez.
Gracias a mis compañeros, llevo un tiempo sin beber, y, por ello, estoy recuperando la familia y, lo más importante, las ganas de vivir.
Movimiento Internacional 24 Horas de Alcohólicos Anónimos