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 “Es sabio rezar por el futuro, pero no lo es preocuparse por él, ya que no podemos vivirlo hasta que llegue a ser el presente. La profundidad de nuestra ansiedad mide la distancia a la que estamos de Dios, tal como cada quien lo concibe.”

 

Alcohólicos Anónimos, Llegamos a creer… (Cap. 3: “Oración”)