Descubrimos y admitimos que toda nuestra vida había sido un fraude.

¿Qué tan sincera es esta afirmación que muchos hacemos en la tribuna? Impelidos por la fuerza de la terapia, hemos pronunciado estas palabras la mayoría de las veces sin el pleno convencimiento, otras a nivel consciente. En este segundo caso, la rebelión de los instintos no se hará esperar, y con ella la conmiseración a su máxima expresión y el estado depresivo. ¿Quién que haya pasado por estos estados no estará dispuesto a confiarse a otro ser humano?

Cuanto más grande sea nuestro egocentrismo, más duro será su desinflamiento. Dolores de muerte precederán al acto en el que nos toquen en el lugar donde anida la flatulencia. Solamente cuando el globo se desinfle, proceso más largo y delicado que la hinchazón física producida por la intoxicación de la ingesta alcohólica con la que llegamos al grupo, estaremos en condiciones reales y efectivas de dejarnos guiar.

Virgilio A., Boletín del Movimiento 24 Horas, núm. 3 (abril de 1984)