Desde el nacimiento del Movimiento 24 Horas de Alcohólicos Anónimos, los servidores del llamado Grupo Matriz han tenido la inquietud de tener un órgano de comunicación; sin embargo, los incipientes ensayos realizados en los inicios del Movimiento fueron el pleno reflejo del proceso de recuperación de los participantes; y es un hecho cierto que la mente errática y fantasiosa de los enfermos alcohólicos ha albergado en algunos de los momentos de su vida la infantil creencia de ser grandes escritores, tal vez confundidos por esa febril imaginación a la que tanto alude nuestra literatura.
El Grupo 24 Horas de Alcohólicos Anónimos está a no dudarlo en pleno periodo de madurez, considerada esta afirmación en la conciencia de un todo, formado por conciencias heterogéneas en tiempo y en distancia.
Por ello, la decisión de que saliera a la luz este Boletín fue motivo de reflexiones cautelosas por parte del guía del Movimiento, siendo como es que uno de los principales problemas que enfrentamos es nuestro propio egocentrismo. Sin embargo, este proyecto es el deseo ferviente de aportar única y exclusivamente al enfermo alcohólico en proceso de recuperación algunas de las experiencias auténticamente vividas en el seno de nuestros grupos, por lo que el anonimato en nuestros artículos de fondo es imperativo, dado que a nosotros no nos es dado ni siquiera pretender ser autores de nuestra propia sobriedad.
El contenido de este órgano informativo es una mera recopilación de experimentos reales, el fruto de cada una de las 24 horas vividas y observadas en los muchos compañeros que han salvado su vida gracias a nuestro programa, gracias al trabajo catársico y de análisis que va formando nuestra recuperación. No se trata desde luego de llenarnos de historiales y quintos pasos, sino de la experiencia en sí, como aportación a los que van llegando y a los que están por llegar.
El lenguaje que servirá como medio de comunicación para con nuestros compañeros tratará de ser sencillo y espontáneo. Aquellos que busquen perfeccionamiento literario, terminología científica o belleza de lenguaje correrán el riesgo de la frustración. Nada ha sido tan difícil en nuestra comunicación como el empleo del lenguaje directo, sencillo, para encontrar nuestra propia verdad, y ésta no tiene ropaje, es escueta y desnuda como la realidad que siempre tratamos de evadir.
Para nuestros lectores, nuestros propios compañeros, son estos mensajes que, si bien tal vez no tienen valor literario, llevan un alto contenido de nuestra buena voluntad y de nuestro afecto.
Virgilio A., Boletín del Movimiento 24 Horas, núm. 1 (febrero de 1984)