¿Cómo? ¿No hay presidente?
“Cuando se les dice que nuestra sociedad no tiene presidente con autoridad para dirigirla, ni tesorero que pueda exigir el pago de cuotas… nuestros amigos se quedan asombrados y exclaman: ‘Eso no puede ser así’” (Alcohólicos Anónimos, Doce pasos y doce tradiciones).
Cuando por fin llegué a A.A. no podía creer que no había tesorero que pudiera “exigir el pago de cuotas”. No me podía imaginar una comunidad que no exigiera contribuciones económicas a cambio de servicios. Fue la primera –y hasta la fecha la única– experiencia que tuve de recibir “algo a cambio de nada”. Ya que no me sentía abusado o engañado por los alcohólicos anónimos, me era posible abordar el programa sin prejuicios y con mente abierta. No querían nada de mí. ¿Qué tenía que perder? Doy gracias a Dios, tal como lo concibo, por la sabiduría de los cofundadores que conocían tan bien el desdén que tiene el alcohólico a ser manipulado.
Alcohólicos Anónimos, Reflexiones diarias
A.A. es una comunidad fraterna, filántropa, trascendental: para todo aquél que está sufriendo y tiene problema con el alcohol, que su vida se han vuelto ingobernable por una obsesión y compulsión de seguir tomando y no poder parar de beber alcohol; la vida de un alcohólico es «parecido», a un cigüeñal dé motor de un vehículo y es como manejar un auto casi nuevo, pero sin frenos. A.A. es gratuito, confidencial y anónimo.
Dios nos bendiga y proteja siempre de toda recaída tóxica. Así sea en nombre de nuestro poder superior.
Amén Amén.
Feliz 24 horas.
Fuerza y adelante.
Richard G.
Lima/ Perú.