Unicamente cuando a veces de manera inesperada la conciencia se manifiesta y nos permite descubrir la devastadora realidad en que el alcohol y la enfermedad han convertido nuestra vida somos capaces de acercarnos a Alcohólicos Anónimos a pedir ayuda. Por fortuna, en ese preciso momento, cuando las barreras se abaten y el sufrimiento y el propio alcohol superan la defensa de la enfermedad, encontramos abiertas las puertas de un grupo que permanecía abierto las 24 horas del día. De otra forma podría haberse perdido en el vacío nuestra petición de auxilio. Los compañeros, ante quienes nos sentimos desde el primer momento identificados, nos dedicaron parte de su tiempo y esfuerzo, e hicieron realidad ese puente de comprensión con otro enfermo alcohólico que se acercaba derrotado, “a las gradas de la locura y de la muerte”. El Grupo 24 Horas de A.A. nos concedió el derecho a vivir.
Inmersos aun en las brumas de la reciente actividad alcohólica y ante los primeros y desesperados intentos por reencauzar una vida destrozada, nos encontramos, a veces incluso de manera inconsciente, ante una de las más importantes disyuntivas de nuestra vida. Muchos de nosotros decidimos seguir el camino que los compañeros que nos recibieron nos marcaban con sus experiencias e intentamos vivir de manera intensa el programa de Alcohólicos Anónimos, en busca de ese cambio en nuestra manera de ser, pensar y actuar. Para muchos de nosotros fue la primera oportunidad de ser verdaderamente responsables, del grupo que nos estaba devolviendo la vida, de nuestros compañeros, de aquellas personas que se acercaban también a pedir ayuda, en definitiva de nuestra vida. Otros se limitaron a “transitar”, a “jugar” a ser alcohólicos, sin conciencia ni derrota, pretendiendo satisfacer sus deseos egoístas mediante los principios espirituales del programa.
Han pasado algunas 24 horas, en muchos incluso años, y el resultado es esperanzador. Para aquellos que decidimos entregarnos es hoy una realidad la promesa que a todos nos hicieron cuando cruzamos las puertas de nuestro grupo, “la posibilidad de vivir una vida plena y feliz”. La obsesión por beber, si es que no ha desaparecido totalmente, se mantiene alejada de nuestro entorno. Disfrutamos de la confianza, la amistad e incluso el amor de aquellos compañeros que decidieron acompañarnos en esta maravillosa aventura. Y cuando has tocado fondo, cuando has vivido el infierno del alcoholismo y sufrido la desesperación y la desesperanza, sabes que no puedes darte el lujo de seguir jugando con tu vida.
Movimiento Internacional 24 Horas de Alcohólicos Anónimos
Muy buena reflexion Allan Garcia.
Alcoholicos Anonimos Es una Solucion a Nuestro Problema Alcoholismo.
Grupo «Nuevo Amanecer» Ojos de Agua, Comayagua, Honduras.