Inesperadamente, me ofrecieron un empleo que incluía muchas responsabilidades. Sólo pude contestar. “Tengo que pensarlo”. ¿Era capaz de permanecer sobrio? ¿Estaba realmente sobrio o solamente seco? ¿Podría manejar las responsabilidades que entrañaba y hacer frente al renovado éxito? ¿O permitiría Dios que me castigara otra vez a mí mismo? En […]
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Llegamos a creer
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