Por otra parte, existía ya el antecedente y la experiencia de Alcohólicos Anónimos en sus inicios vividos en Akron, Ohio, por los cofundadores Bill W. y el Dr. Bob, que nos legaron sus experiencias. También la aportación de la medicina a través del Dr. Silkworth, quien otorgó los conocimientos firmes de esta enfermedad, al expresar que constituía el exterminio total del individuo que la padece, y los dos factores determinantes para su aniquilación: la obsesión de la mente, que lo obliga a beber en contra de su voluntad, y la alergia física. Una condena al enfermo alcohólico a la muerte, y la otra a la locura.

La dramática experiencia de obsesión más alergia debía causar impacto suficiente para que el alcohólico tocara fondo. Sin embargo, no era así, cuando menos antes de iniciarse el primer Grupo 24 Horas de Alcohólicos Anónimos. El alcohólico defiende su enfermedad a las gradas de la locura y de la muerte, es el único enfermo que no desea curarse, sino que, al contrario, se niega a aceptar su alcoholismo y cualquier tratamiento para detener su enfermedad.

Este era el panorama que confrontábamos los alcohólicos de esa época. El mensaje de Alcohólicos Anónimos se transmitía de tú a tú, no había información institucional sobre este problema, sino que la tendencia generalizada era negar que el alcoholismo fuera una enfermedad.

Virgilio A., XXXVII Aniversario Grupo Matriz