En el Movimiento Internacional 24 Horas de A.A. existe libertad absoluta para creer en lo que cada quien quiera creer, no hay ninguna obligación, no se induce la práctica de ninguna religión, cada uno de nosotros es libre de practicar la religión que desee. De hecho, al integrarnos cada vez más a nuestro grupo, algunos tenemos la sensación de que, aparte de nuestro programa, no requerimos nada más en el aspecto espiritual.

En la práctica del programa de Alcohólicos Anónimos que experimentamos en nuestro Movimiento, todos nosotros, al menos una vez en la vida, hemos sentido una comunión con nuestro Creador, tal y como cada quien lo conciba. Ha habido momentos en los que sentimos la gracia de Dios en cada uno de nuestros grupos, principalmente en las celebraciones semanales de aniversario de los grupos que conforman el Movimiento Internacional 24 Horas, o simplemente en nuestras juntas normales de recuperación, o incluso en la petición desesperada que nace auténticamente del corazón cuando nos encontramos en los niveles más profundos de sufrimiento, tanto por problemas reales como imaginarios, que suelen ser los más duros.

La reacción emocional ante la certeza de que nuestro Poder Superior, nuestro padrino y nuestros compañeros están con nosotros, es decir, que ya no estamos solos, nos llena de contentamiento y de un estado de gratitud en el cual sentimos que efectivamente Dios está presente en la conciencia de nuestros grupos y de nuestro Movimiento.

Es cierto que cuando padecemos angustia y nos sentimos abrumados, impotentes para enfrentar nuestros problemas diarios, conmiserados, con los miedos experimentados a lo largo de nuestra vida o al borde de la neurosis, nos hemos visto obligados a exclamar con humildad: “¡Oh, Dios, ayúdame, por favor!”

Esta comunicación sencilla es la comunión del enfermo alcohólico con su Creador. Tanto si esta breve oración proviene del amor, el agradecimiento, como si nace del miedo, el desaliento y la desesperación, hablamos de corazón con Dios. Es el remedio para acallar el disturbio emocional, todas esas voces que agobian el interior de nuestra cabeza con pretensiones negativas.

Virgilio A., Semblanza del Grupo 24 Horas Condesa