Grupo 24 Horas Condesa, llamado Matriz

 

En la esquina que forman las calles de Hamburgo y Niza, de la ciudad de México, en un local ubicado en el tercer piso de un edificio que se quedó atrás en el tiempo y que ostenta, dentro de la heterogénea arquitectura de la llamada Zona Rosa, rasgos propios y singulares, un conjunto de hombres y mujeres se reunían noche a noche para compartir experiencias y por 24 horas detener la enfermedad que habían llevado a cuestas a lo largo de toda una vida.

De este conjunto de hombres y mujeres, Guillermo M., un enfermo en recuperación que arribaba por esa época a su tercer aniversario, tuvo la idea de iniciar un grupo que sesionara las 24 horas del día de manera ininterrumpida. Así se lo planteó a otro enfermo alcohólico al que otorgaba el apadrinamiento y que recientemente había cumplido su primer aniversario. Junto con otros cinco alcohólicos iniciaron los trabajos del primer Grupo 24 Horas de Alcohólicos Anónimos en el mundo, el Grupo 24 Horas Condesa, hoy llamado Matriz.

Pero en realidad, sin dejar de reconocer la iluminación de la idea de Guillermo M., los auténticos fundadores fueron los compañeros de la primera generación, o sea aquellos que llegaron a formar la conciencia del Grupo 24 Horas Condesa durante los primeros tres o cuatro años. Desde luego algunos de ellos son ahora los servidores del Movimiento Internacional 24 Horas de Alcohólicos Anónimos: Guillermo L., Raúl G., Macario R., Víctor C., Enrique A., Virgilio A., Norberto V. Estaba en marcha el Grupo 24 Horas. Estaba en marcha para cada uno de nosotros el camino de la salvación.

La evolución de este proyecto se ha ido concretando día a día, y cuando comenzó a contar con una militancia significativa se regularizaron las sesiones con una duración aproximada de entre una hora y media y dos horas. En cada una de ellas se reparten diferentes servicios: coordinación, recepción, teléfono, cafetería y lavado de tazas.

El coordinador es elegido por los responsables de la guardia, quienes solicitan a algún compañero, cualquiera que éste sea, que acepte el servicio de la coordinación. Su función es básicamente anotar a los compañeros que deseen abordar la tribuna e irlos pasando por orden o de acuerdo a su criterio, consultando las anotaciones de juntas anteriores para ver quién ha pedido la palabra y, de no habérsele concedido, proceder entonces con algo de justicia. Es el responsable del orden en la sala de juntas y está en libertad de compartir experiencias de ubicación o no, según lo considere; su mayor beneficio para su propia recuperación es escuchar más que hablar. No es justo aceptar el servicio de la coordinación para “llevarse la junta”, sin permitir que los compañeros aborden la tribuna, pues para eso está.

Los servicios más importantes son los de recepción y teléfonos. Al Grupo 24 Horas Condesa llegan personas para pedir información, sin exagerar, prácticamente cada hora y media, y cercano al aniversario del Movimiento se dan tres o cuatro recepciones informativas casi en cada junta.

Virgilio A., Repasando nuestra recuperación