Grupo 24 Horas Condesa, llamado Matriz (2)

La base de la recuperación del enfermo alcohólico es la comunicación, la transmisión del mensaje a otro ser humano para que pueda salvar su vida. En el Movimiento 24 Horas de Alcohólicos Anónimos esto se hace más extensivo: para salvar nuestra vida es necesario compartirla con otros enfermos alcohólicos. Esta es la base de nuestra hermandad.

En el Grupo 24 Horas Condesa, desde su nacimiento, tuvieron acceso a la recuperación tanto las mujeres, que antes escasamente llegaban a un grupo de A.A., como los jóvenes, que no llegaban. También se vivió la experiencia de ver llegar compañeros con delirio y con ataques etílicos. Los iniciadores tuvieron que aprender, con base en la experiencia, la forma de tratar este tipo de enfermos, para los cuales incluso la medicina no tenía respuesta.

Tal vez por estas razones en el Grupo se respire tanto amor, tanta piedad, elemento esencial para trascender el egoísmo, para integrarse a la sociedad y para observar en cada uno de los enfermos alcohólicos militantes del Movimiento 24 Horas la transformación única del ser humano.

Lo que nos brinda la sobriedad no son las grandes cosas, sino aquel ser humano enfermo, arrinconado, tembloroso, inseguro y triste que llega a tocar nuestras puertas para salvar la vida. El trae a Dios consigo; por eso los compañeros de la recepción dicen al recién llegado “Ya llegaste, estás en el lugar”. Nosotros agregaríamos “Bienvenido a casa”.

Todos los servicios son rotatorios cada hora y media o dos. Para el propósito de nuestro grupo sólo existe una autoridad fundamental: un Poder Superior amoroso que se manifiesta en la conciencia de nuestro grupo. Nuestros líderes no son más que servidores.

Virgilio A., Repasando nuestra recuperación