Antes de llegar a A.A., me jactaba de haber dejado de beber. Un día se lo dije a un miembro de A.A. Desestimó la hazaña comentando de paso: “No eres sino un borracho seco”. No fue ningún cumplido. Poco después me invitó a una reunión. Fui para complacerle, o así creí.

Todos los desastres sucedidos desde aquella primera reunión ya estaban por suceder. Era como si hubiera hecho una bola de nieve en la cima de una colina y durante los meses siguientes la hubiera visto crecer rodando lentamente cuesta abajo para aplastarme. En ocasiones parecía que podía derretirse o desviarse, pero no lo hizo. Hoy me parece bien que no lo hiciera. Puede que no hubiera otra forma de aprender lo que tenía que aprender. Quizá éste haya sido el golpe final y devastador, y por fin he tocado fondo.

Todos mis problemas me los he creado yo mismo. Uno de los puntos culminantes de mi vida es el día en que empecé a captar el significado de esta frase del libro Alcohólicos Anónimos. Saber que me he creado mis problemas contribuye a aceptar las consecuencias de mis acciones con cierta tranquilidad de espíritu.

Sigo descubriendo cada vez más lo enfermo que estoy. Este proceso de descubrimiento ha sido terriblemente doloroso. No hay posibilidad de que una persona se recupere hasta que no se dé cuenta de la enorme necesidad de hacerlo, de lo inútil que es tratar de recuperarse a solas.

Al principio la gente me decía: “Sigue asistiendo a A.A. Todo mejorará”. Seguí y las cosas han mejorado, aunque no de la forma en que creía que lo harían. No he tenido más éxito en todas las áreas de mi vida como creía que iba a tener. Como consecuencia de ciertas acciones antes de llegar a A.A., me encuentro como huésped del gobierno en la instalación psiquiátrica de una penitenciaría de alta seguridad. Todo esto tenía que suceder para que me diera cuenta de lo perdido que estoy sin la ayuda constante de mi Poder Superior.

¿Han mejorado las cosas? No bebí hoy. Tengo esperanza. Se puede ver una luz al final del túnel, aunque a veces es débil. Cuando aquella luz baja, todavía hay muchos alcohólicos sin beber de A.A. Son una prueba de que las cosas sí mejoran para aquellos que trabajan los pasos y están dispuestos a esperar.

Alcohólicos Anónimos, A. A. en prisiones: de preso a preso