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Yo no dirijo el espectáculo

 “Cuando nos volvimos alcohólicos, aplastados por una crisis que nosotros mismos nos habíamos impuesto y que no podíamos posponer o evadir, tuvimos que encarar sin ningún temor el dilema de que Dios, tal como cada quien lo conciba, lo es todo o de otra manera no es nada. Dios es, o no es. ¿Qué íbamos a escoger?” (Alcohólicos Anónimos, Alcohólicos Anónimos).

Hoy mi elección es Dios, como yo lo concibo. El es todo. Por eso estoy verdaderamente agradecido. Cuando pienso que yo estoy dirigiendo el espectáculo, estoy separando a Dios de mi vida. Rezo para que pueda recordar esto cuando me permito ser atrapado en mi egoísmo. Lo más importante es que hoy esté deseoso de desarrollarme espiritualmente y que Dios sea todo. Cuando estaba tratando de dejar de beber por mi propia cuenta, nunca pude; con Dios y con A.A. está dando resultado. Esto parece ser un pensamiento simple… para un alcohólico complicado.

 

Alcohólicos Anónimos, Reflexiones diarias