La llegada a un Grupo 24 Horas de Alcohólicos Anónimos es, apenas, una leve esperanza de que la obsesión por beber desaparecerá. Primero tendremos que tomar conciencia de la existencia de esta obsesión y de nuestra incapacidad para contenerla.

Los mecanismos defensivos de nuestras primeras 24 horas nos envuelven en un manto de inconsciencia, nuestra propensión a ocultar a nuestros propios ojos la realidad nos impedirá ver esta maligna fuerza que en las primeras manifestaciones terapéuticas pretende esconderse como animalillo travieso, como diablillo burlón, en la selva de nuestro autoengaño. La terapia removerá los trebejos y hará luz en nuestra conciencia para dejar al descubierto ese sutil y engañoso impulso que es la obsesión.

Virgilio A., Boletín del Movimiento 24 Horas, núm. 3 (abril de 1984)