Cuando me acerqué al Grupo 24 Horas de Alcohólicos Anónimos estaba resentido con todos, con mi familia, en especial con mi madre y con mi hermana, que no querían saber nada de un “borracho como yo”.

¿Cómo llegué hasta aquí? Fue mi sencillo: bebía todos los días hasta caerme, y en los bares de mi pueblo ya me ponían de patitas en la calle por mi comportamiento y mi estado de embriaguez.

Mi familia no quería saber nada de un “borracho como yo”. Cuanto más me tocaban el tema de que la gente les comentaba que yo andaba bebiendo, más me enfurecía con ellos, no daba crédito a lo que me decían y me iba a beber hasta que ya no podía más.

Por eso caí a un hospital, por mi forma de beber, y gracias a dos compañeros del Grupo 24 Horas de Alcohólicos Anónimos que me dijeron que existía un sitio para dejar de beber, supe que existía un lugar donde podía dejar de beber.

No estaba muy convencido, pero el día que me visitaron vi que había algo en ellos, y al día siguiente me acerqué a pedir ayuda, y aunque llevo pocas 24 horas sin beber, me siento bien, y me alegro de estar aquí.

El día de hoy estoy vivo, y creo que me lo merezco. ¡Gracias, compañeros!

 

Movimiento Internacional 24 Horas de Alcohólicos Anónimos