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El alcoholismo es un problema de salud y no de vergüenza, ninguna culpa existe en el enfermo por serlo. La elección entre beber y no beber es exclusivamente nuestra; sin embargo, podemos asegurar que en el Movimiento Internacional 24 Horas de Alcohólicos Anónimos hemos encontrado una nueva vida.

No es por cierto este Movimiento refugio de cobardes indolentes ni confesionario de frustraciones. Es un programa de vida, de esperanza, gracias al cual nos mantenemos sin beber, afrontamos nuestra realidad y nuestra circunstancia con valor y optimismo. Somos un grupo de hombres y mujeres en acción.

Un Movimiento de miles de personas unidas por un denominador común, el deseo desesperado de vivir y la necesidad de sentirnos útiles. Por eso es importante tratar de brindar ayuda a los demás enfermos por alcoholismo que no han logrado llegar a nuestros grupos. En esta forma pagamos la deuda que contrajimos con quienes nos ayudaron.

 

Virgilio A., Boletín del Movimiento 24 Horas, núm. 1 (febrero de 1984)