G. L. (se unió a A. A. A los 60 años)

 “Me sentía solo, diferente”

 

Un día, dos miembros del club me dijeron que querían hablar conmigo. Uno de ellos me comentó:

–Te vimos esta mañana a las 10 dirigiéndote al bar de la esquina.

Me quedé horrorizado. Me habían espiado. Habían descubierto mi secreto.

–La razón por la que nos dimos cuenta de esto es porque solíamos hacerlo nosotros. Somos alcohólicos, pero hace años que no hemos tomado un trago, por medio de Alcohólicos Anónimos. ¿Quieres hablar con nosotros?

Les dije que sí.

–¿Crees que eres alcohólico?

–No lo creo.

–¿Quieres dejar de beber?

–Sí –y yo sé que conscientemente no quería dejar de beber. Quería poner fin a la angustia que sentía (el dolor, el sufrimiento). Buscaba ayuda. No estaba seguro de que esto supusiera dejar de beber.

–Crees que puedes evitar beber durante las siguientes 24 horas?

Les dije que lo intentaría.

–Si te resulta muy difícil hacerlo así, trata de aplazarlo una hora, o 15 minutos.

Y así lo hice ese día, 15 minutos cada vez. Y esa noche asistí a una reunión, y después de aquella primera reunión, me dije: “Necesito una copa”. Y me tomé un whisky. Esa fue mi última copa.

 

Alcohólicos Anónimos, Tiempo para empezar a vivir