La ayuda es fácil de obtener en la mayoría de los pueblos y ciudades (donde se encuentran a menudo grupos locales de A.A.). En las áreas rurales, los miembros conducen alegremente largas distancias si las reuniones no se efectúan en las cercanías.

Los doce pasos, que a menudo se mencionan en las historias que has leído en este blog, y sobre los que se discute regularmente en las reuniones, son el corazón del programa de A.A. No están basados en mera teoría; los primeros miembros de la comunidad analizaron juntos lo que habían hecho para dejar de beber y mantener su sobriedad. Los pasos son un resumen de su experiencia y sirven de guía hacia la recuperación espiritual que hoy en día surte efecto para más de 2.5 millones de alcohólicos.

Sí, Alcohólicos Anónimos es un programa espiritual, pero no un programa religioso. Aunque se menciona a Dios en los pasos, siempre le acompañan las palabras “como cada quien lo conciba,” dejando así que todo miembro individual lo interprete a su manera. Cuando oyes a los A.A. agradecer a un Poder Superior el haberles dado la sobriedad que no podían lograr por sí mismos, la mayoría se refiere a Dios. No obstante, algunos expresan su gratitud al poder superior que representan su propio grupo o A.A. en su totalidad, por haberles capacitado para hacer lo que solos no podían.

En otras palabras, los enfoques religiosos de los miembros no tienen mayor importancia para su pertenencia a Alcohólicos Anónimos de lo que lo tienen su edad, sexo, raza o nacionalidad. En las reuniones de A.A. oirás palabras que significan precisamente esto: “El único requisito para hacerse miembro de A.A. es el deseo de dejar la bebida”. Para el alcohólico activo, la apremiante necesidad es dejar de beber. El programa de A.A. empieza con esta necesidad esencial, y luego sigue mucho más allá.

¿Cómo encuentra una mujer su camino hacia A.A.? En muchas poblaciones, el número de teléfono de A.A. está en la guía de teléfonos, y puedes llamar para enterarte de las direcciones de cada grupo. Muchas mujeres piden ayuda en el hospital, la prisión o el centro de tratamiento en que se encuentran. Otras son dirigidas hacia A.A. por consejeros en sus escuelas o trabajos. Muchas son enviadas por médicos, psiquiatras o clérigos; otras son puestas en contacto con A.A. por amigos familiarizados con el programa. (Aunque, fuera de la comunidad, los miembros respetan cuidadosamente el anonimato de sus compañeros, la mayoría desea informar a su familia y sus amigos más cercanos sobre su propia pertenencia a Alcohólicos Anónimos).

[En esta página web, www.aa24horas.com, encontrarás un directorio con las direcciones y teléfonos de los Grupos 24 Horas de A.A., entre ellos el más cercano a tu localidad.]

 

Alcohólicos Anónimos, A.A. para la mujer